CASARSE O NO CASARSE |
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CONSULTORIO LEGAL
De las preguntas realizadas por nuestros lectores, hemos seleccionado aquéllas que suscitan un mayor interés.¿Realmente piensa Usted que es conveniente casarse en estos tiempos? ¿No cree que es mejor que las personas conserven su libertad y no se enreden en problemas burocráticos y de papeles?
Pues la verdad es que no. Nada dura para siempre. Y las relaciones de pareja, tampoco. Siempre se terminan, bien por fallecimiento de uno de los miembros de la pareja, bien porque deciden poner fin a su vida en común y empezar otra. Sea como fuere, al terminar aquella suelen existir fuertes vínculos afectivos, familiares, económicos, y no siempre es fácil para los interesados resolver sus diferencias de manera cabal. Y aquí es donde nace la enorme diferencia que de verdad existe entre una pareja que se ha casado y una que no. Casarse no es sólo el celebrar una boda. De hecho la boda es tal vez lo menos importante. Casarse es firmar un contrato entre dos personas que acuerdan someter sus relaciones a los derechos y obligaciones que las leyes prevén e imponen para esta forma de relación. No casarse es renunciar a las obligaciones pero también a los derechos que nuestras leyes conceden a los que se casan, y que casi siempre resultan inaplicables a los que no se casan. Y cuando una pareja rompe, tampoco es lo mismo si la pareja está casada que si no está casada. La Ley que regula la ruptura de las parejas casadas se llama la Ley del Divorcio, y la que regula la ruptura de las parejas no casadas no se llama de ninguna manera, simplemente... porque no existe. O sea, que ¿sólo se pueden divorciar los casados? Así es. Y eso es muy peligroso. Casados y no casados tienen hijos, vivienda, coche, cuentas, menaje de hogar, deudas... La Ley del Divorcio ordena de modo bastante preciso cómo se reparten y asignan las cuestiones económicas, así como las familiares. Pero para los no casados no hay una Ley que de forma precisa establezca criterios. Y eso hace que si un divorcio de un matrimonio mal avenido resulta difícil, la ruptura en términos legales de una pareja de hecho mal avenida suele resultar una auténtica guerra. Y en las guerras sólo hay heridos y muertos. Pero yo insisto ¿Realmente piensa Usted que tiene sentido el casarse en estos tiempos?La principal causa de divorcio es … el matrimonio. Y por eso, para no caer en el proceloso mundo de los divorcios, nos encontramos hoy con que la gente ha decidido no casarse, “irse a vivir juntos”, y no complicarse la vida “ con papeleos”. Y desde mi punto de vista, es un grave error. Me explico. “Irse a vivir juntos” es al derecho el equivalente a “ ponerse a trabajar juntos” o “poner el dinero para un negocio a medias juntos”… es decir, la vuelta al paleolítico jurídico. Si dos amigos deciden poner un negocio a medias, y uno aporta un local, y algo de dinero, y el otro trabajo y algunos muebles y equipos técnicos, nos resultaría sorprendente que lo hiciesen “ a pelo “, es decir, sin acudir a un asesor, gestor, abogado… alguien que ponga forma legal a una relación negocial. Igualmente pensaremos que ese chico que entra a trabajar en el bar del vecino sirviendo cafés, deberá firmar un contrato de trabajo que proteja a ambas partes. Y así se pensó desde hace ya muchos siglos que se debía hacer para cuando un hombre y una mujer decidían intercambiar no sólo fluidos corporales, sino también bienes, ilusiones y dedicación mutua. Y este es el origen de ese contrato que es el matrimonio. Después, las cargas religiosas pusieron muy difícil la regulación de la ruptura de los contratos ya firmados ( como pasa hoy en día para despedir a un trabajador fijo en una empresa ), y los ciudadanos se fueron volviendo defensivos ante la institución. Sin embargo, hace ya casi 30 años que en España se legalizó el divorcio, y ya no hay dificultad en poner fin al matrimonio, por lo que espero que ahora se entienda por qué he dicho antes que no comprendo que la gente, en vez de casarse ( firmar un contrato ), se “vaya a vivir junta” ( sin contrato, por tanto ). Dice Ud. que, como ya hay divorcio, ya no hay dificultad en poner fin al matrimonio. Sin embargo, todos conocemos personas atrapadas en terribles divorcios, que si no se hubiesen casado, digo yo que no tendrían que padecer.Se equivoca. Tendrían que padecerlo, pero con un mayor desgaste y sufrimiento. Quiero recordarle que un divorcio es el modo ordenado que la Ley prevé para poner fin a una relación matrimonial, y en el que se regulan esencialmente aspectos relativos a los hijos, a los cónyuges y a sus patrimonio individuales y conjunto. Pero el requisito para divorciarse es el de estar casado. Y eso nos lleva a la otra pregunta que no podemos dejar de hacernos: si los no casados no pueden divorciarse, ¿ no está regulada la ruptura de la relación de “los que viven juntos”?. Y la respuesta es que no. No existe el divorcio de lo que conocemos como “parejas de hecho”. Y es tremendo ver que muchos de los aspectos que la Ley del Divorcio regula y ordena de modo taxativo y claro, y que en su consecuencia agiliza y facilita el final de la convivencia, están ausentes para los no casados. Si un mal divorcio es dolorosísimo, no se hace Ud. una idea de cómo es la ruptura de una pareja de hecho. Las parejas de hecho también tienen hijos, pero entre ellos no son cónyuges, y el patrimonio que adquieren resulta enormemente confuso en cuanto a su titularidad. Por eso, cuando se rompe una de estas parejas y falta buena voluntad entre ellos, la guerra que se desata en términos legales resulta habitualmente en una tragedia en nada comparable a la de un divorcio. Yo tengo amigos que viven juntos sin casarse, y nunca han tenido ningún problema.Y todos conocemos personas que han experimentado actividades de riesgo sin tener accidentes. Como por ejemplo conducir el coche. ¿Por qué por lo tanto hemos de hacer un seguro? La respuesta a esta pregunta es doble: primero porque la Ley nos obliga (por eso se llama Seguro Obligatorio); segundo lugar, porque de ese modo nos protegemos ante situaciones que tal vez no ocurran, pero que pueden ocurrir. Tener un seguro no garantiza que no tendremos un accidente, pero sí nos garantiza que los efectos quedarán parcialmente mitigados. Con respecto al matrimonio, nos ocurre lo mismo. Posiblemente nos querremos tanto toda la vida que nunca necesitaremos organizar la ruptura. Pero siendo realistas recordemos que desgraciadamente a veces el amor se va, y llegan otros sentimientos. Estar casados no nos garantiza que seamos capaces de mantener toda la vida sentimientos nobles hacia nuestro cónyuge. Pero sí nos garantiza que si llega la ruptura, los términos de ésta serán previsibles y ordenados. Pero una boda es muy cara y además un montón de papeleo.Se equivoca. Para una boda simplemente hacen falta un funcionario habilitado (Juez, Alcalde, Concejal...), dos testigos adultos, y los contrayentes. Y de papeles, un par de certificados y de declaraciones juradas. ¡Ah, y es gratis! En definitiva, ¿por qué siendo tan barato, tan fácil y tan ventajoso el casarse, la gente aplaza sus bodas o incluso ni siquiera se casa?Pues la verdad es que no tengo una respuesta clara. Tengo algunas ideas, pero son conjeturas, opiniones, experiencias... Como jurista, me resulta inexplicable que personas que han crecido en una sociedad libre y con la institución del divorcio perfectamente asentada, decidan complicarse la vida innecesariamente al persistir en la idea del “vivir juntos”, “ser pareja de hecho”. Un amigo me decía que como el vivir en pareja sin estar casados hasta hace treinta años era delito (amancebamiento), hoy algunas parejas sienten que es un signo de modernidad, de rebeldía... pero a decir verdad no puedo darle una respuesta segura. En conclusión, cásese, o aténgase a las consecuencias. |