DERECHO DE FAMILIA
Si hay un aspecto delicado y que destaca por encima de todos los demás en la vida profesional de un abogado, ese es sin duda el referido al Derecho de Familia. Porque la familia se sustenta en el amor. Pero cuando éste desaparece, desgraciadamente suele ser sustituido por la sinrazón. Y es ahí donde la profesionalidad, la sensibilidad, la sensatez, la habilidad del abogado para satisfacer las pretensiones legítimas de su cliente sin por ello herir innecesariamente al resto de los implicados, cobran todo su protagonismo.
En nuestro despacho, una acrisolada experiencia en materia familiar avala una respuesta eficaz, rápida y prudente para cuantos conflictos surgen en las no siempre fáciles relaciones entre parientes.
MATRIMONIO
Decía uno de mis profesores, que el patrimonio se define como el conjunto de los bienes de una persona; y el matrimonio, como el conjunto de sus males.
Esta broma que habitualmente produce una sonrisa, revela una realidad que el cine se ha encargado de desdibujar totalmente, hasta el punto de que los ciudadanos hemos perdido de vista qué es la esencia de un matrimonio. No es éste una historia de amor. (Que también puede serlo). Es un contrato. Un contrato importantísimo. Fuertemente regulado por el Estado. Y con efectos que afectan al resto de la esfera personal y patrimonial de quienes lo suscriben. Y por lo tanto, como en todo contrato importante, pero en este caso más, el buen asesoramiento del buen abogado resulta esencial.
Casarse y pedir consejo al florista, a la modista, al agente de viajes, al restaurador, al sastre…y olvidarse del abogado, tiene un precio. Normalmente carísimo.
Venga a nuestro despacho en cualquier caso. Vale la pena.
UNIONES DE HECHO
Las relaciones de pareja se han regulado históricamente en nuestro derecho a través de la institución del matrimonio. Y consecuentemente la previsión de su ruptura, y las consecuencias de la misma. Pero desde hace algunos años, en España se viene instalando con una fuerza imparable una nueva realidad: la de aquellas parejas que deciden formalizar sus vidas fuera de las previsiones clásicas. Sin embargo, esa convivencia produce frutos familiares y patrimoniales idénticos a los de los matrimonios, que también precisan de atención legal. Los niños de un matrimonio o de una pareja de hecho, siguen teniendo derechos sobre sus progenitores. Sobre los dos. Y la convivencia da lugar a la aparición de domicilios familiares, independientemente de quien sea su titular. Asimismo, las contribuciones de cada uno de los miembros de la unión de hecho a los gastos comunes, también precisan de atención concreta en los casos de crisis.
Si Usted prefiere renunciar a la fórmula del matrimonio, y ha escogido el unirse sentimentalmente a alguien con quien ha establecido una convivencia de hecho, puede encontrar en nuestro despacho el asesoramiento idóneo para preservar ese espacio de plena autonomía personal que puede encontrar fuera del matrimonio, y prever simultáneamente los aspectos que no quiere dejar fuera de una tutela prudente en favor de su pareja.
Y naturalmente, en caso de ruptura de esa unión de hecho que tiene establecida con su pareja, podremos ayudarle en la defensa de sus legítimas pretensiones con respecto a los hijos, si los hay, así como en el reparto del patrimonio común que hayan acumulado durante su relación.
FILIACIÓN
Nuestro refranero está lleno de sabiduría popular acumulada a lo largo de los siglos.
Y siempre viene a tener el mismo denominador común: se sabe sin duda quién es la madre de un niño, y se puede dudar con duda razonable de quién es el padre. Sin embargo, los avances científicos que hemos vivido en los últimos decenios en materia de genética y de reproducción asistida, así como los profundos cambios que ha experimentado nuestra sociedad ante la concepción, el embarazo, los vientres de alquiler o la adopción, por ejemplo, han transformado de manera radical aquellos sencillos dichos que contenían nuestros refranes.
La madre de un hijo cuyo padre biológico se niega a reconocerlo, debe conocer las implicaciones de no hacer nada, y las de hacer algo también. Los adultos que de repente se cuestionan si su filiación es real o ficticia, han de saber qué pueden hacer, y cuales pueden ser las consecuencias de lo que hagan.
Los derechos de visitas, los derechos de alimentos, los derechos sucesorios…están profundamente afectados por la evolución que está viviendo esta materia de la filiación en los últimos años. Si a ello le añadimos la circunstancia de que los medios de comunicación han decidido convertir muchas de las adopciones que hubo en España antes de la actual Ley de Adopción de 1987, en “sospechosas” de encubrir un auténtico mercado de compraventa de niños, resulta incuestionable que la filiación no es ese tema lejano que podríamos pensar, sino que ha tomado un protagonismo de plena actualidad.
En nuestro despacho sabemos tratar este tema tan delicado con la perspectiva y la sensibilidad que sin duda son aconsejables. Y con el rigor y la seriedad que necesita.
MENORES
La familia está en crisis.
¿Está en crisis? La pregunta es intencionada, puesto que lo que nuestros sociólogos confirman es que lo que está en crisis es el modelo de familia, no la familia. Porque ahora tenemos nuevas familias:
- parejas unidas en segunda o tercera relación, con hijos propios cada uno de sus miembros, y con nuevos hijos comunes.
- menores que tienen hermanos, medios hermanos y hermanastros, de forma compleja.
- Abuelos que no pueden ver a sus nietos porque la madre o el padre de éstos se niega, o menores que viven y son cuidados por abuelos de sus hermanastros, o de sus medios hermanos, pero que no pueden ver a sus propios abuelos.
- Menores cuyos padres se empeñan en confundir la patria potestad compartida y la custodia asignada a uno de los cónyuges, y que se ven abocados a repartos domiciliarios de fin de semana.
- y más…
En nuestro despacho sabemos enfrentar de forma muy satisfactoria una cuestión tan delicada. Sabemos ayudar al padre, a la madre, al abuelo, a la abuela, a la tía…a entender por qué no pueden vivir con normalidad sus afectos con los menores que están bajo la custodia de un progenitor con el que la relación personal está destruida o es difícil. Sabemos aproximar posiciones. Sabemos acabar con las “guerras de familia” para convertirlas en “asuntos de familia”.
Y no menos importante, también sabemos cómo ayudar en todo lo relativo a los conflictos entre menores y de los menores con los colegios o en los colegios a los que acuden.
